El 18 de agosto, el presidente Donald Trump comenzó el ataque de su segundo mandato contra las papeletas de voto por correo y las máquinas de votación electrónica, lanzando una serie de afirmaciones infundadas al anunciar una iniciativa para eliminar ambos métodos de votación.
El presidente comenzó el día con una publicación en Truth Social, donde afirmó que iba a “liderar un movimiento para eliminar el VOTO POR CORREO y, ya que estamos en esas, las Tremendamente ‘Inexactas’, Carísimas y Sumamente Controvertidas MÁQUINAS DE VOTACIÓN”. Trump agregó que estaba trabajando en una orden ejecutiva para combatir ambos métodos de votación. Más tarde ese mismo día, al responder preguntas de la prensa junto al presidente ucraniano Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, Trump reiteró sus intenciones.
Trump hizo repetidas afirmaciones falsas o sin fundamento sobre el voto por correo y las máquinas de votación, y una nueva afirmación sobre el poder de un presidente y el papel de los estados en el proceso electoral:
- El presidente afirmó erróneamente que “actualmente somos el único País del Mundo que utiliza el voto por correo”. Otros once países permiten a todos sus votantes utilizar alguna forma de voto por correo y otros 22 países permiten que algunos votantes emitan su voto por correo.
- Trump afirmó que “los estados son simplemente agentes del Gobierno Federal en el recuento y la tabulación de los votos. Deben hacer lo que el Gobierno Federal, representado por el presidente de Estados Unidos, les ordene, POR EL BIEN DE NUESTRO PAÍS”. Sin embargo, expertos nos informaron que la Constitución otorga a los estados la autoridad para realizar elecciones, con la supervisión del Congreso, y que el presidente no tiene ninguna función directa.
- Trump siguió alegando sin fundamento sobre un “FRAUDE ELECTORAL MASIVO” vinculado al voto por correo. Expertos afirman que a pesar de que el fraude en el voto por correo es ligeramente más frecuente que en el voto presencial, este sigue siendo relativamente poco frecuente y que no hay pruebas que respalden afirmaciones de fraude generalizado.
- Trump también criticó las máquinas de votación, calificándolas de “Tremendamente ‘Inexactas’, Carísimas y Sumamente Controvertidas”. No hay pruebas de que las máquinas sean inexactas. Y aunque el presidente sigue haciendo un llamado por papeletas de votación, estas ya son la norma en casi todos los estados.
Trump ha realizado afirmaciones falsas e infundadas sobre fraude electoral desde que entró en la política y ha afirmado, sistemática y falsamente, que las elecciones de 2020, donde perdió, fueron “arregladas”.
Otros países sí permiten el voto por correo
En su publicación en Truth Social, Trump afirmó que “actualmente somos el único País del Mundo que utiliza el voto por correo. Todos los demás lo abandonaron debido al FRAUDE ELECTORAL MASIVO QUE DETECTARON”.

Más tarde ese mismo día, en una rueda de prensa con el presidente ucraniano Zelenski en el Despacho Oval, Trump dijo que estaba trabajando en una orden ejecutiva “para eliminar el voto por correo porque es corrupto. Y saben que somos el único país del mundo, creo, puede que me equivoque, pero prácticamente el único que lo usa debido a lo que ha sucedido: fraude masivo por todas partes”.
Durante una entrevista el 15 de agosto con el presentador de Fox News, Sean Hannity, Trump también dijo que el presidente ruso, Vladímir Putin, le dijo durante su reunión cumbre en Alaska que “tu elección fue manipulada porque existe el voto por correo. (…) Ningún país tiene voto por correo”.
No sabemos qué le habrá dicho Putin a Trump sobre el voto por correo en otros países. Pero sí sabemos que muchos países, además de Estados Unidos, lo utilizan en sus elecciones.
El Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional, por sus siglas en inglés), organización que promueve los procesos políticos democráticos en todo el mundo, informó en 2024 que 11 países, además de Estados Unidos, permiten a todos sus votantes utilizar alguna forma de voto por correo, o lo que IDEA Internacional denomina “voto postal”. Estos países son Canadá, Dinamarca, Alemania, Islandia, Liechtenstein, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Polonia, Corea del Sur, Suiza y el Reino Unido.
Otros veintidós países permiten el voto por correo a algunos votantes, aunque las razones varían según el país. Entre los grupos a los que se les permite votar por correo en estos países se encuentran los ciudadanos que viven en zonas remotas o en el extranjero, los ciudadanos encarcelados, las personas hospitalizadas o con discapacidades, y quienes tienen alguna otra discapacidad para votar en persona. Entre los países que permiten el voto por correo a algunos ciudadanos se encuentran Australia, Francia, India, Japón, Países Bajos, Pakistán y España.
IDEA Internacional describe el “voto postal” como “un método de votación en el que los votantes reciben y marcan sus papeletas en un entorno no controlado (por ejemplo, en casa) y luego envían las papeletas completadas en un sobre de devolución con sus datos personales para su procesamiento y recuento. Si bien el voto por correo es, en principio, voto anticipado, se diferencia en que el voto puede ser emitido físicamente a distancia por los propios votantes. El término “postal” se refiere al servicio postal, históricamente el principal método para enviar y devolver las papeletas.
“De 166 países con datos disponibles, 40 utilizaron el voto por correo en sus elecciones nacionales más recientes, según expertos nacionales encuestados antes del brote de COVID-19 por el Proyecto de Integridad Electoral”, informó el Pew Research Center en octubre de 2020. “El voto por correo se utilizó con mayor frecuencia en Europa y América del Norte, y también es común en algunos países de la región Asia-Pacífico, como India, Indonesia, Corea del Sur y Sri Lanka. El voto por correo no estaba disponible en la mayoría de los países de África y el Caribe, ni en ningún país de Oriente Medio o América Latina”.
El papel de los Estados en las elecciones
El presidente describió erróneamente el papel de los estados en la organización de las elecciones, escribiendo en su publicación en Truth Social que “los estados son simplemente un ‘agente’ del Gobierno Federal en el recuento y la tabulación de los votos. Deben hacer lo que el Gobierno Federal, representado por el Presidente de los Estados Unidos, les ordena, POR EL BIEN DE NUESTRO PAÍS”.
En sus comentarios en la Oficina Oval del 18 de agosto, Trump dijo que su administración estaba trabajando en una orden ejecutiva para “poner fin al voto por correo”.
Hablamos con media docena de expertos y estuvieron de acuerdo en que los estados no operan como “agentes” del gobierno federal y que el presidente no tiene autoridad directa sobre el recuento y la tabulación de las papeletas.
“Los estados definitivamente no son agentes del gobierno federal cuando se trata de elecciones, ni de ninguna otra cosa, y más aún, en la medida en que el gobierno federal puede especificar reglas para su funcionamiento, el poder reside en el Congreso, no en el presidente”, nos dijo Kenneth Mayer, profesor de política estadounidense en la Universidad de Wisconsin-Madison, en un correo electrónico.
La forma en que se llevan a cabo las elecciones en Estados Unidos es “altamente descentralizada”, según la Comisión de Asistencia Electoral de Estados Unidos, la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, expertos en leyes electorales y un informe del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), una entidad no partidista.
“Las elecciones son administradas principalmente por miles de sistemas estatales y locales en lugar de un único sistema nacional unificado”, explicó el CRS en un informe de 2019.
La razón de esto se remonta a la Constitución, que otorga la autoridad para realizar elecciones a los estados, pero dice que el Congreso puede cambiar esas regulaciones en una cláusula que especifica: “Los Tiempos, Lugares y Forma de celebrar Elecciones para Senadores y Representantes serán prescritos en cada Estado por la Legislatura del mismo; pero el Congreso puede en cualquier momento mediante Ley hacer o alterar dichas Regulaciones, excepto en cuanto a los Lugares de elección de senadores”.
“La inclusión de la Cláusula Electoral por parte de los Redactores de la Constitución se debió a dos preocupaciones coincidentes y relevantes en la actualidad: un foco en la representación y una desconfianza en los legisladores estatales”, según explicó un artículo de una revista jurídica de 2021 sobre la historia y el uso de la cláusula. A los redactores les preocupaba la corrupción entre los funcionarios locales, según el artículo, por lo que añadieron la facultad del Congreso para modificar las normas implementadas por dichos funcionarios.
“En ese momento, hubo relativamente poca discusión sobre excluir al presidente de eso, pero claramente no lo incluyeron y hay muy buenas razones para eso”, nos dijo Sean Morales-Doyle, director del programa de derechos electorales y elecciones en el Centro Brennan para la Justicia, en una entrevista telefónica.
En primer lugar, la función del ejecutivo es ejecutar las normas, no crearlas, nos dijo Morales-Doyle. En segundo lugar, los redactores probablemente querían evitar “exactamente lo que estamos presenciando ahora mismo”, es decir, un presidente que intenta interferir en las elecciones con el potencial de favorecer sus propios intereses.
El Congreso ha ejercido su facultad para modificar las normas electorales estatales, en ocasiones, según el Centro Nacional de la Constitución. Por ejemplo, ha establecido un Día Nacional de Elecciones; ha limitado la cantidad de dinero que se puede contribuir a los candidatos al Congreso y ha exigido que estos revelen públicamente sus gastos de campaña; y ha exigido a los estados que garanticen la exactitud de sus padrones electorales.
El Congreso también aprobó la Ley de Derechos al Voto, la Ley Nacional de Registro de Votantes y la Ley Ayuda a Estados Unidos a Votar, todas las cuales afectan la administración de las elecciones, señaló Mayer.
“Bajo la Cláusula Electoral, el Congreso tiene la facultad de regular la forma en que se celebran las elecciones nacionales”, coincidió Richard Pildes, profesor de derecho constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York. “En teoría, eso significa que el Congreso podría decidir qué políticas deben aplicarse al voto en ausencia, al voto anticipado o a aspectos similares del proceso electoral. Pero la práctica arraigada en estos temas es que el Congreso permite que los estados tomen sus propias decisiones políticas al respecto”, nos comentó en un correo electrónico.
Si bien el Congreso podría eliminar el voto por correo para las elecciones federales, “podría haber cuestiones constitucionales involucradas relacionadas con la igualdad de protección y otros derechos constitucionales”, dijo Mayer.
Y, en la práctica, Trump podría tener dificultades para encontrar apoyo para dicho cambio en el Congreso. Por ejemplo, una legislación electoral reciente, la Ley SAVE, que exigiría documentación de ciudadanía para registrarse para votar, estuvo estancada en el Senado el año pasado y se volvió a estancar en abril.
“Eso te da una idea de la voluntad política”, dijo Morales-Doyle.
John Fortier, miembro senior del instituto conservador American Enterprise Institute, estuvo de acuerdo en que no hay un papel directo para el presidente, pero nos dijo en una entrevista telefónica que Trump puede tener una vía para afectar la administración de una elección aplicando presión a las agencias dentro del poder ejecutivo, como el Departamento de Justicia.
Muchas de las leyes sobre el derecho al voto del país son resultado de medidas del Departamento de Justicia, afirmó. Por lo tanto, apoyarse en este y otros organismos del poder ejecutivo podría dar resultados para el presidente.
Pero, “el panorama general es que está dirigido principalmente por los estados”, dijo Fortier, y el presidente no está involucrado directamente.
Afirmaciones sin fundamento sobre fraude en el voto por correo
Trump sigue afirmando sin fundamento que existe un “FRAUDE ELECTORAL MASIVO” asociado con el voto por correo, al que se refiere como la “completamente refutada ESTAFA del voto por correo”.
“LAS ELECCIONES NUNCA PUEDEN SER HONESTAS CON EL VOTO POR CORREO, y todos, EN ESPECIAL LOS DEMÓCRATAS, LO SABEN”, escribió Trump en Truth Social. El 18 de agosto, en el Despacho Oval, Trump volvió a calificar el voto por correo de “corrupto” y prometió que los republicanos “harán todo lo posible” para erradicarlo.
Los expertos electorales llevan años afirmando que el fraude electoral es ligeramente más frecuente en el voto por correo que en el voto presencial. Sin embargo, afirman que sigue siendo poco frecuente y nunca se ha demostrado que haya ocurrido con la frecuencia suficiente como para cambiar el resultado de unas elecciones nacionales.
Actualmente, 36 estados y Washington D. C., permiten el voto por correo sin justificación, incluyendo nueve estados que votan principalmente por correo. Sin justificación significa que cualquier votante puede solicitar una papeleta para votar por correo sin necesidad de presentar una excusa. Todos los estados permiten que al menos algunos votantes voten por correo, por razones como enfermedad o discapacidad, o porque la persona se encuentra fuera de su condado de residencia el día de las elecciones.
“No existieron pruebas confiables de que se usaran votos por correo para manipular las elecciones de 2020, cuando Trump hizo sus afirmaciones durante la pandemia”, nos dijo por correo electrónico Richard L. Hasen, profesor de derecho y director del Proyecto de Protección de la Democracia en la UCLA.
“Hemos estado votando por correo desde la Guerra Civil y los mecanismos para que las papeletas de voto por correo sean seguras, precisas y fiables han mejorado enormemente desde entonces”, nos dijo por correo electrónico Justin Levitt, profesor de derecho en la Universidad Loyola Marymount y experto en derecho electoral que se desempeñó durante la administración Biden como el primer asesor principal de políticas de la Casa Blanca para la democracia y el derecho al voto. “Esa es parte de la razón por la que el propio presidente Trump ha votado por correo. Hemos estado discutiendo estas afirmaciones infundadas durante los últimos diez años, y ahora no hay más verdad en ellas que antes”. (Trump ha votado ocasionalmente por correo, incluyendo en las elecciones primarias de 2020 y las elecciones de medio término de 2018. Votó anticipadamente en persona en las elecciones generales de 2020 y 2024).
David Becker, fundador y director ejecutivo del Centro para la Innovación e Investigación Electoral, un centro no partidista, dijo que, contrariamente a las afirmaciones de Trump, eliminar el voto por correo “que ofrecen la gran mayoría de los estados, rojos y azules, es una idea tremendamente mala que haría que nuestras elecciones sean mucho menos seguras y más vulnerables a la interferencia”.
Trump también afirmó erróneamente que el presidente demócrata Jimmy Carter, quien encabezó una comisión electoral en 2005, concluyó que “la única cosa sobre el voto por correo, es que nunca habrá elecciones honestas si se vota por correo”. Eso no es así. La comisión que Carter copresidió, sí advirtió que el voto por correo tiene un mayor riesgo de fraude, y que hay menos posibilidades de detectarlo, pero la comisión sugirió medidas para reducir ese riesgo. Carter fue un defensor del voto por correo.
Afirmaciones infundadas sobre máquinas de votación ‘inexactas’
Trump también criticó, sin pruebas, lo que llamó “Tremendamente ‘Inexactas’, Carísimas y Sumamente Controvertidas MÁQUINAS DE VOTACIÓN”. Trump criticó las máquinas de votación diciendo que eran “un completo y total desastre”.
“Otro cambio que queremos son las máquinas”, dijo Trump el 18 de agosto. “Con todo el dinero que gastan, son aproximadamente diez veces más caras que las papeletas. Y las papeletas son muy sofisticadas, con la marca de agua y todo lo demás. Tendríamos elecciones seguras. Tendríamos resultados mucho más rápidos”.
De hecho, la propia Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de Trump concluyó que las elecciones de 2020 “fueron las más seguras en la historia de Estados Unidos” y que no había “evidencia de que algún sistema de votación eliminara o perdiera votos, cambiara votos o estuviera comprometido de alguna manera”.
William Barr, quien se desempeñó como fiscal general de Estados Unidos bajo el gobierno de Trump, dijo ante un comité de la Cámara de Representantes en un testimonio publicado el 13 de junio de 2022: “En mi opinión entonces, y mi opinión ahora, es que las elecciones no fueron robadas por fraude, y no he visto nada desde las elecciones que me haga cambiar de opinión al respecto”.
Barr declaró ante el comité que las acusaciones de fraude electoral que el equipo de Trump estaba “dando a palas al público (…) eran puras mentiras”. Barr afirmó que las afirmaciones sobre las máquinas de votación de Dominion Voting Systems eran especialmente “estúpidas” y “perturbadoras, ya que no veía absolutamente ninguna base en las acusaciones. Pero se hicieron de una manera tan sensacionalista que obviamente estaban influyendo en mucha gente, miembros del público, para convencerlos de que existía una corrupción sistémica en el sistema, que sus votos no contaban y que estas máquinas controladas por terceros eran las que realmente lo determinaban, lo cual era un completo disparate”.
Nunca hubo “ninguna evidencia de que las máquinas de votación estuvieran siendo manipuladas”, nos dijo Hasen.
Becker, del Centro de Innovación e Investigación Electoral, nos dijo que “exigir a los estados que eliminen o reemplacen las máquinas de votación que confirmaron la elección de este presidente, a solo 15 meses de las elecciones de medio término y a menos de un año de las primarias, no es posible y provocaría un caos”.
Tampoco sería más económico, como afirmó Trump, según nos explicó Matthew Weil, vicepresidente de democracia y bipartidismo del Centro de Política Bipartidista, en una entrevista telefónica. La mayoría de los estadounidenses votan hoy con papeletas marcadas a mano, y las máquinas de votación funcionan como “escáneres sofisticados”, explicó. Gracias a las papeletas, añadió, es posible realizar recuentos a mano si existen dudas sobre los resultados tabulados. Probablemente, no se ahorraría nada cambiando a un nuevo sistema, añadió, ya que la mayoría de los estados ya han adoptado el sistema de papeletas con contadores electrónicos.
Algunos estados sí utilizan papel con marca de agua para indicar las papeletas oficiales, afirmó. Sin embargo, este papel es más caro, por lo que exigir a todos los estados que lo adopten aumentaría los costos, no los disminuye.
Becker señaló que, en numerosos casos de difamación, quienes se hicieron eco de las afirmaciones de Trump, como Fox News, Rudy Giuliani y Mike Lindell, tuvieron la oportunidad de defender sus ataques a las máquinas de votación de Dominion como ciertos, “y ninguno de los acusados presentó ni un pedazo prueba”. Fox News llegó a un acuerdo en su caso en 2023, acordando pagar a Dominion 787 millones de dólares.
El 18 de agosto, la cadena de cable conservadora Newsmax pagó 67 millones de dólares para resolver una demanda por difamación interpuesta por Dominion por afirmar falsamente que la compañía había manipulado los votos en las elecciones de 2020. Newsmax no admitió su error ni se retractó de sus artículos, según informó el New York Times. En 2024, Newsmax llegó a un acuerdo con otra empresa de sistemas de votación, Smartmatic USA, en un caso relacionado con acusaciones falsas de fraude en las elecciones de 2020.
En cuanto al llamado de Trump a regresar a las papeletas de voto, “Luisiana es, hasta donde yo sé, el único estado en el que se utilizan máquinas que no producen papeletas de voto que puedan ser verificadas por separado tanto por los votantes como por los funcionarios electorales, sujetas a auditorías cuidadosas”, nos dijo Levitt.
Las máquinas de votación utilizadas en las elecciones de 2020 son “seguras, precisas y fiables, y han sido rigurosamente probadas por las autoridades locales”, afirmó Levitt. “Además, ofrecen una accesibilidad real, exigida por la ley federal, pero que nos beneficia a todos, en particular a los votantes con discapacidad, a quienes desean un tamaño de letra un poco mayor o una pantalla más luminosa, y a quienes también desean ver la papeleta en otro idioma”.
“Nuestras elecciones son más seguras, transparentes y verificadas que nunca en la historia de Estados Unidos, gracias a los miles de funcionarios electorales profesionales de ambos partidos, a nivel estatal y local, que las supervisan”, dijo Becker. “Contamos con más papeletas verificables y recontables que nunca, con el 98 % de los votantes estadounidenses votando en papel (solo Luisiana no lo hace). Realizamos auditorías de esas papeletas para confirmar los resultados”.
Traducción de Google Translate editada por Catalina Jaramillo.
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