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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

‘La OMS no tiene autoridad para dictar políticas de salud en EE. UU.’


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

La Organización Mundial de la Salud puede hacer recomendaciones tras la declaración de una emergencia internacional, pero no tiene control sobre las decisiones de ninguna nación. Sin embargo, algunos conservadores en EE. UU. aseveran falsamente que enmiendas propuestas por el gobierno de Biden a las regulaciones existentes de salud internacional, y un nuevo tratado sobre pandemias de la OMS, amenazarán la soberanía de EE. UU. 


Historia completa

El Reglamento Sanitario Internacional (RSI o IHR, por sus siglas en inglés) es un acuerdo legalmente vinculante firmado por 196 países, incluido Estados Unidos, que define los derechos y obligaciones de los países firmantes en el manejo de eventos y emergencias de salud pública de importancia internacional. 

El reglamento fue adoptado por primera vez por la Asamblea Mundial de la Salud en 1969 en respuesta a epidemias letales en Europa y el documento revisado fue adoptado en 2005. 

El Reglamento Sanitario Internacional exige que todos los miembros tengan capacidades en su sistema sanitario para detectar, evaluar y responder a emergencias de salud pública peligrosas, y que notifiquen a la OMS sobre emergencias que puedan ser de importancia internacional. El acuerdo es legalmente vinculante, es decir, los estados miembros deben notificar estos eventos. Sin embargo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), solo un tercio de todos los países en el mundo “tienen la capacidad de evaluar, detectar y responder a emergencias de salud pública”.

“No tiene ningún control sobre políticas nacionales de salud, ni mecanismos de fiscalización”, nos dijo sobre el RSI Lawrence O. Gostin, profesor de derecho sanitario internacional de la Universidad de Georgetown, en un correo electrónico. 

Pero varias personalidades mediáticas conservadoras están afirmando falsamente que las 13 enmiendas al RSI presentadas por EE. UU. para discusión en la 75.ª Asamblea Mundial de la Salud en Génova amenazarán la soberanía estadounidense. Las enmiendas fueron presentadas en un esfuerzo para mejorar una futura respuesta internacional en luz de las debilidades mostradas durante la pandemia del coronavirus. La asamblea comenzó el 22 de mayo y termina el 28 de mayo. 

En una entrevista con Steve Bannon el 9 de mayo, la exrepresentante republicana de Minnesota Michele Bachmann dijo que el gobierno de Biden “está trayendo enmiendas que propondrían que todas las naciones del mundo cedan su soberanía respecto a decisiones nacionales de atención médica a la OMS”. 

Una semana más tarde, Daniel Horowitz, editor senior de la compañía de medios conservadora The Blaze, afirmó que las enmiendas “esencialmente permitirían al director general de la OMS declarar una emergencia de salud pública en un país y obligar unilateralmente a sus ciudadanos a tomar ciertas medidas”. 

Y en su programa del 19 de mayo, Tucker Carlson de Fox News dijo: “El gobierno de Biden está muy cerca de entregarle a la Organización Mundial de la Salud poder sobre todos los aspectos, los aspectos íntimos, de su vida. Entonces, imagine los abusos de libertades civiles que vivió durante los confinamientos del COVID, pero permanentes, y administrados por un país extranjero”. Gabriella Stern, directora de comunicaciones de la OMS, respondió a Carlson en Twitter: “Noticia para mí”. 

Gostin, quien dirige un centro de derecho y salud internacional de la OMS (World Health Organization Collaborating Center on National and Global Health Law) y es experto en el Reglamento Sanitario Internacional, nos dijo que no hay verdad en esas afirmaciones. 

“La OMS no tiene autoridad para dictar políticas de salud de EE. UU. en absoluto”, dijo. “El Reglamento no tiene control alguno sobre políticas o programas nacionales de salud. Eso es enteramente un asunto que debe decidir la nación soberana. La OMS puede hacer recomendaciones tras la declaración de una emergencia internacional, pero son solo recomendaciones y no son vinculantes. Los estados están legalmente obligados a informar brotes peligrosos, pero no existe un mecanismo de fiscalización y los países a menudo no cumplen. China, por ejemplo, no informó a tiempo sobre los brotes de COVID, lo que los conservadores en EE. UU. condenaron rotundamente”. 

Las enmiendas propuestas por EE. UU. no cambian la autoridad de la OMS sobre otras naciones. Están enfocadas en hacer que la respuesta internacional sea más rápida y más eficiente, como explicaremos más adelante. 

“Fortalecer el RSI no disminuye en ninguna manera la soberanía de EE. UU. o la capacidad de los estadounidenses de tomar sus propias decisiones médicas y las afirmaciones en ese sentido son categóricamente falsas y peligrosas”, dijo el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos Xavier Becerra en un hilo de Twitter el 20 de mayo. 

Tratado internacional sobre pandemias

Mientras hablaban de las enmiendas al RSI, los conservadores también dirigieron la atención a una propuesta para otro instrumento internacional sobre preparación y respuesta de pandemias, también conocido como tratado o acuerdo internacional sobre pandemias

Horowitz, por ejemplo, aseveró que el tratado va a amenazar la soberanía nacional e individual “y nos convertirá a todos en ratas de laboratorio en manos de malvados oligarcas de la élite internacional”. 

En su programa del 19 de mayo, el conductor conservador de radio, Charlie Kirk, urgió a su audiencia a pedirle a sus representantes que detuvieran el tratado. 

El senador Marco Rubio de Florida y el representante Ronny Jackson de Texas, también le pidieron a sus seguidores en Twitter que intentaran detener el tratado. Una petición para detener el tratado de pandemias de la OMS, que tenía más de 80.000 firmas el 24 de mayo, afirmaba que el tratado “parece ser uno de los mayores intentos de toma de poder en la memoria viva, con globalistas no elegidos que buscan el poder de declarar pandemias y luego controlar la respuesta de su país”.

Pero, otra vez, ninguna de estas afirmaciones es correcta. 

Es importante recalcar que las enmiendas al RSI propuestas por EE. UU. y el tratado contra futuras pandemias son dos cosas distintas. Ambos se discutirán este mes durante la sesión de la Asamblea Mundial de la Salud. Pero como ya explicamos, el RSI es una reglamento establecido que gobierna las emergencias de salud públicas a nivel mundial. El tratado sobre pandemias es una nueva iniciativa mundial para fortalecer la prevención, preparación y la respuesta a futuras pandemias que no estará listo sino hasta 2024. 

La necesidad de algún tipo de instrumento internacional que aborde la preparación y respuesta fue planteada por 25 líderes mundiales en marzo de 2021 y luego se acordó en una sesión especial de la Asamblea Mundial de la Salud en diciembre de 2021. En los dos años siguientes, un órgano de negociación intergubernamental, en el cual cada miembro está representado en partes iguales, realizará audiencias públicas y reuniones con los países involucrados para diseñar y negociar el acuerdo. El órgano de negociación efectuó su primera reunión en febrero y se reunirá periódicamente hasta 2024, cuando un borrador final será presentado a la asamblea. 

Aunque algunos llaman al acuerdo un tratado, no está claro qué tipo de instrumento terminaría siendo — un tratado u otro tipo de acuerdo vinculante, como el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, o un acuerdo no vinculante, como el Acuerdo Climático de París.  “Como con todos los instrumentos internaciones, cualquier acuerdo, si y cuando se llegue acuerdo, será determinado por los gobiernos mismos, quienes tomarían cualquier acción respetando sus propias leyes y regulaciones nacionales”, nos dijo un portavoz de la OMS en un correo electrónico. Si fuera un tratado, por ejemplo, tendría que ser aprobado por el senado de EE. UU. 

“Esto representa una oportunidad para el mundo para planificar juntos, detectar patógenos más rápidamente, compartir datos de manera amplia y responder colectivamente de manera más efectiva a las próximas enfermedades X o a patógenos conocidos”, dijo sobre el acuerdo Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS, durante una conferencia de prensa sobre el COVID-19 el 17 de mayo. “Desafortunadamente, ha habido una pequeña minoría de grupos haciendo declaraciones engañosas e intencionalmente distorsionando los hechos. Quiero ser claro como el cristal. La agenda de la OMS es pública, abierta y transparente. La OMS defiende firmemente los derechos individuales. Apoyamos apasionadamente el derecho a la salud de cada uno y haremos todo lo posible para garantizar que ese derecho se realice”. 

Enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional

Aunque los funcionarios del gobierno de Biden apoyan la creación de un nuevo acuerdo internacional sobre pandemias, han dicho que una manera más rápida de superar las “debilidades en la seguridad sanitaria internacional” reveladas por la pandemia es reformar el Reglamento Sanitario Internacional existente. 

“Algunos grandes esfuerzos por avanzar en seguridad sanitaria internacional pueden tomar años para lograrse, por ejemplo, la creación de un nuevo instrumento internacional sobre preparación y resiliencia, apoyado por la OMS y un número de países”, escribieron el secretario de estado estadounidense Antony J. Blinken y el secretario Becerra, en una columna de opinión publicada en JAMA el 31 de agosto de 2021. 

Blinken y Becerra agregaron que se podría tomar “pasos inmediatos” para enmendar el RSI para mejorar ciertas áreas, “en particular en torno a sistemas de alerta temprana, coordinación de la respuesta y el intercambio de información”.

“A través de enmiendas acotadas siguiendo los protocolos establecidos por la OMS, el RSI puede ser revisado para mejorar evaluaciones de riesgo, avanzar en equidad, ayudar a crear un ambiente en el cual la OMS pueda cumplir su misión, alentar a un mejor intercambio de información, y clarificar los roles y responsabilidades de diferentes organizaciones y gobiernos en una emergencia”, escribieron. 

Según un documento publicado en abril, las enmiendas de EE. UU. fueron presentadas a la OMS el 18 de enero. Las propuestas de EE. UU. agregan y eliminan secciones al RSI, siguiendo lo delineado por Becerra y Blinken en su columna. A grandes rasgos, las enmiendas fijan determinados plazos y exigencias para la notificación y respuesta a posibles emergencias públicas con el fin de agilizar el proceso. 

Por ejemplo, una propuesta es agregar un plazo en el que un estado miembro debe evaluar e informar a la OMS sobre amenazas (48 horas) y en el que la OMS debe ofrecer colaboración (dentro de 24 horas). El estado parte luego tendrá otras 48 horas para aceptar o rechazar la oferta. La versión actual del reglamento no incluye plazos para esas acciones. 

Así se ve una de las propuestas, con el texto nuevo en negrita y las redacciones sugeridas en texto tachado: “Si el Estado Parte no acepta la oferta de colaboración dentro de 48 horas, la OMS deberá podrá, cuando se justifique por la magnitud del riesgo a la salud pública, inmediatamente compartir con otros estados parte la información disponible, al tiempo de alentar al estado parte a acepta la oferta de colaboración de la OMS tomando en cuenta las opiniones del Estado Parte en cuestión”. 

Algunos conservadores han distorsionado esta y otras enmiendas para decir que la propuesta amenazará la soberanía de EE. UU. 

“El gobierno de Biden quiere que todas las declaraciones de emergencia sean obligatorias y eliminen todas las opiniones del estado en cuestión”, escribió Horowitz en Conservative Review. Lo contactamos para pedir fundamento para sus declaraciones, pero no recibimos respuesta. 

Una representante de prensa del Departamento de Salud y Servicios Sociales nos dijo que eso no es correcto. 

“Las enmiendas propuestas fortalecerían la capacidad de la OMS para usar información disponible públicamente en todo el mundo para determinar si una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional pudiera estar ocurriendo, y en base a esa información, informar a todas las naciones de la amenaza de manera oportuna y proporcionar recomendaciones, no mandatos, para cómo responder de manera segura y efectiva”, dijo la vocera en un correo electrónico. 

Carlson, de Fox, quien aparentemente confundió las enmiendas al RSI con el tratado internacional sobre pandemias y aseveró falsamente que el tratado sería adoptado durante la Asamblea Mundial de la Salud, también distorsionó el texto. Por ejemplo, Carlson escogió con pinzas una frase eliminada en el documento propuesto: “La OMS deberá consultar con, e intentar obtener verificación de, el Estado Parte en cuyo territorio esté posiblemente ocurriendo el evento”. Carlson agregó, “Entonces, como estaba escrito originalmente, no podían hacer nada sin el permiso de los países miembros. Pero gracias al cambio, que el gobierno de Biden promovió, efectivamente no habrá ningún límite al poder la OMS”. 

Pero los cambios sugeridos no significan que la OMS pueda “hacer cualquier cosa” sin el permiso de los estados miembros. Como explicamos, la OMS no tiene autoridad sobre los estados miembros y solo puede hacer recomendaciones. 

La eliminación propuesta trata sobre la rapidez con la que la OMS puede actuar sobre un informe que obtiene de un tercero sobre un evento de salud en un estado miembro. La OMS debe evaluar esos informes y luego compartir esa información con el estado miembro donde se está produciendo el evento de salud. La propuesta elimina el requerimiento de consultar y obtener verificación de esos informes de terceros antes de tomar medidas, y agrega un plazo para que la OMS busque verificación del informe de terceros. “Dentro de 24 horas posteriores a la recepción de información, la OMS deberá solicitar la verificación de un Estado Parte de los informes de fuentes distintas a las notificaciones o consultas de eventos que puedan constituir una emergencia de salud pública de preocupación internacional que supuestamente ocurran en el territorio del Estado”, dice la propuesta. 

Otra enmienda clave propuesta por EE. UU. es acortar el periodo en el cual una enmienda al RSI puede adoptarse y entrar en rigor, de 24 a 12 meses. 

“Esa es un área interesante”, dijo el funcionario legal de la OMS, Steve Solomon, en una conferencia de prensa el 17 de mayo. “Es un tema que el director general apoya porque ayuda a acelerar y a hacer más efectivo y más ágil este importante instrumento legal internacional, el RSI”. 

Las enmiendas fueron discutidas en primera instancia el 24 de mayo, de acuerdo a la agenda de la asamblea. 

Traducido por Catalina Jaramillo. 

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.