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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Magic Johnson no contrajo el VIH por una vacuna, contrariamente a lo que se afirma en internet


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Desde que fue diagnosticado en 1991, el jugador de la NBA, Magic Johnson, ha afirmado en repetidas ocasiones que contrajo el VIH por transmisión sexual. Pero una publicación viral en las redes sociales de una activista antivacunas afirma falsamente que Johnson estuvo expuesto al virus por una vacuna contra la hepatitis B.


Historia completa

En 1991, la superestrella de la NBA Earvin “Magic” Johnson se retiró de la liga de baloncesto tras ser diagnosticado ese mismo año con el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, el virus que puede provocar el sida.

En la conferencia de prensa sobre su retiro, Johnson anunció que se convertiría en una figura pública para las personas diagnosticadas de VIH: “porque quiero que la gente, los jóvenes, se den cuenta de que pueden mantener relaciones sexuales con protección (sexo seguro)”.

Menos de una semana después, Johnson escribió en Sports Illustrated que “se infectó al mantener relaciones sexuales sin protección con una mujer que tiene el virus”.

En los más de 30 años transcurridos desde su diagnóstico, Johnson y su esposa, Cookie, han afirmado en repetidas ocasiones que él contrajo el VIH a través de relaciones sexuales.

Sin embargo, un video publicado en Instagram del 12 de enero afirmó falsamente que Johnson contrajo el VIH a través de un programa de vacunación contra la hepatitis B supuestamente llevado a cabo por la NBA en 1991. La publicación ha recibido más de 21.000 visitas y 3.000 me gusta.

El video, de 37 segundos de duración, fue publicado por Judy Mikovits, una exinvestigadora de la fatiga crónica que ha afirmado que la pandemia del COVID-19 es una conspiración. En el video se mezclan fragmentos de su entrevista con Stew Peters, un locutor de radio conservador que suele difundir información errónea sobre el COVID-19.

En el video, Mikovits afirma que la comunidad médica “sabía quién era susceptible, igual que hicieron con Magic Johnson y la NBA en 1991. Contagiaron a esos hombres con el VIH, no con el sida, en un programa de vacunas contra la hepatitis B contaminadas. Impulsaron una industria mediante los estudios de ganancia de función de Tony Fauci, y él lo sabía desde 1983”.

En el pie de foto de la publicación, dijo: “¿Por qué Magic Johnson dio positivo en la prueba del VIH? Porque en el estudio de Fauci sobre la ganancia de función se utilizó una vacuna contra la hepatitis B contaminada. ¡Atacaron a los susceptibles antes y ahora!”.

La afirmación falsa de que alguna vez las vacunas contra la hepatitis B estuvieron contaminadas por el VIH no es nueva. La primera vacuna contra la hepatitis B disponible en el mercado utilizaba un antígeno derivado del plasma de individuos con infección crónica por hepatitis B, y se sabía que hombres homosexuales, que también corrían un alto riesgo de infección por el VIH, habían donado plasma para ello. Esto suscitó la preocupación teórica de que, incluso con la purificación, se podría contraer el VIH a partir de la vacuna.

Pero, de hecho, las investigaciones demostraron que cada uno de los tres pasos de inactivación utilizados para fabricar la vacuna contra la hepatitis inactivaría el VIH y que no había VIH detectable en la vacuna. Los que recibieron la vacuna tampoco presentaron indicios de infección por el VIH. En la actualidad, la vacuna contra la hepatitis B no contiene productos sanguíneos y se fabrica a partir de proteínas producidas en levaduras.

Al igual que Mikovits, algunas personas han afirmado erróneamente que el VIH se originó en un ensayo de vacunas contra la hepatitis B en el que participaron hombres homosexuales y que comenzó en 1978, ya que algunos de los primeros casos de sida fueron de participantes en los ensayos. Pero las pruebas contradicen esa idea. Entre los hombres homosexuales que participaron en el ensayo, no se observó ninguna relación entre el momento en que se les administró la vacuna y el momento en que desarrollaron anticuerpos contra el VIH. Además, mediante el análisis de los genomas virales, los científicos han demostrado que el VIH ya circulaba en EE. UU. en 1971.

Como hemos dicho, Johnson contrajo el VIH a través de relaciones sexuales, no de un programa de vacunación contra la hepatitis B.

En respuesta a las afirmaciones de Mikovits, Alexia Grevious Henderson, vicepresidenta de Magic Johnson Enterprises, declaró a Associated Press que Johnson nunca sugirió que ninguna vacuna haya contribuido a que contrajera el VIH. Johnson también ha destacado el papel positivo que tuvo Fauci, un exinvestigador del VIH que se jubiló recientemente de su cargo de director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, en la vida de la estrella del baloncesto, ayudándole a aceptar las implicaciones de su diagnóstico.

No encontramos ningún fundamento para la afirmación de que la NBA llevara a cabo un programa de vacunación contra la hepatitis B en 1991 o que alguna vacuna contra la hepatitis B formara parte de una investigación de ganancia de función realizada por Fauci.

Le escribimos a la NBA para saber si hubo algún programa de vacunación de este tipo y con los Institutos Nacionales de Salud para saber si hubo alguna investigación de ganancia de función detrás del desarrollo de una vacuna contra la hepatitis B, pero no recibimos respuesta.

Mikovits no respondió a una solicitud de comentarios sobre las pruebas que respaldan su afirmación.

Esta no es la primera vez que la seropositividad de Johnson para el VIH ha dado lugar a información viral errónea sobre él. Como ya hemos escrito antes, en las redes sociales se afirmó falsamente que Johnson había donado sangre para personas con COVID-19. Él no ha donado sangre infectada por el VIH, por ningún motivo médico.


Traducido por Claudia Cohen.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.