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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Usan secuenciación para identificar delta y otras variantes del coronavirus


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Los investigadores usan secuenciación genómica, no los ensayos clínicos empleados para diagnosticar a los pacientes con COVID-19, para identificar y rastrear variantes específicas del nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, incluyendo la muy contagiosa variante delta. Pero mensajes virales intentan negar la existencia de la variante al afirmar equivocadamente que “no hay una prueba para identificar la ‘Variante Delta’”.


Historia completa

La variante delta del nuevo coronavirus, la versión predominante del virus en Estados Unidos en este momento, ha presentado nuevos desafíos a medida que el país intenta mitigar la propagación del COVID-19. La muy contagiosa variante es responsable de una oleada de brotes a lo largo del país, especialmente en áreas con bajas tasas de vacunación. Las vacunas aún protegen contra la variante, especialmente contra enfermedades graves y decesos, pero pueden ser menos efectivas contra la delta en comparación con otras formas del virus.

Sin embargo, afirmaciones falsas y engañosas recientemente han buscado no solo sembrar dudas sobre la seriedad de la variante, sino también cuestionar su existencia.

Uno de esos memes, compartido en Facebook más de 12.000 veces, pregunta tendenciosamente: “Dado que no hay ninguna prueba para la ‘Variante Delta’, ¿cómo se diagnostica exactamente a las personas con la ‘Variante Delta?”.

La misma pregunta apareció en un tuit el 26 de julio, el cual fue compartido miles de veces y publicado por Errol Webber, un productor cinematográfico y republicano que lanzó una candidatura frustrada al Congreso en California el año pasado. Mensajes similares han sido compartidos cientos de veces cada uno.

Para añadir a la equivocación, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el 30 de julio la reportera Emerald Robinson del medio conservador Newsmax preguntó, sobre la variante delta, “¿Cómo realiza pruebas, si… esa es la cepa dominante en el área y si las personas solo se someten a una prueba para saber si son positivos o no al COVID?”.

La portavoz interina de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, que parecía perpleja, respondió “no hacemos pruebas” y luego dijo “escuchamos a expertos en salud pública y científicos, y ellos nos dicen que es la variante Delta”.

Robinson, quien tiene casi 400.000 seguidores en Twitter, ha afirmado erróneamente desde entonces que “la administración de Biden es incapaz de brindar prueba alguna de que la variante Delta es real” y luego que la administración “no tiene idea sobre cómo hacer pruebas para la variante Delta”.

Pero varios de los mensajes que buscan sembrar dudas sobre la validez de la variante delta dejan en evidencia una falta de comprensión sobre cómo se identifican y rastrean las variantes. Si hay pruebas para identificar la variante delta y otras, pero son más sofisticadas que la prueba clínica rutinaria, comúnmente de reacción en cadena de la polimerasa o PCR por sus siglas en inglés, empleadas simplemente para determinar si alguien tiene COVID-19.

El doctor Benjamin Pinsky, profesor adjunto de patología y medicina en la Universidad de Stanford, nos dijo en entrevista telefónica que es importante destacar que “todas las pruebas de diagnóstico pueden detectar la variante delta, pero simplemente no la distinguen de diferentes linajes”. En otras palabras, las pruebas de PCR sí detectan la variante delta como SARS-CoV-2.

Sin embargo, identificar y monitorear variantes específicas requiere de análisis adicionales.

Un laboratorista con equipo protector trabaja en la secuenciación genómica del virus SARS-CoV-2 y sus variantes, el 21 de enero del 2021 en el Instituto Pasteur de París. (Foto por CHRISTOPHE ARCHAMBAULT/AFP via Getty Images).

Para hacer eso, los científicos usan un procedimiento llamado secuenciación genómica. Tal como lo explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la secuenciación es una manera de decodificar los genes de un virus y entender mejor factores tales como su propagación y evolución.

John Everett, quien lleva a cabo esa investigación en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania para entender la presencia del virus en el valle de Delaware, lo explicó de esta manera: “Las instituciones de investigación, incluyendo la Universidad de Pensilvania, estudian muestras recogidas en la comunidad a través de la secuenciación genómica de esas muestras. Identificamos mutaciones en los genomas, comparando con la versión original de Wuhan, donde las agrupaciones de mutaciones específicas se usan para definir variantes virales o linajes”.

“Hacemos un seguimiento del ascenso y caída relativa de diferentes linajes, los cuales podemos separar por códigos postales para visualizar cómo los distintos linajes se están propagando en nuestra área”, nos explicó Everett, el director de bioinformática del grupo del laboratorio de la Universidad de Pensilvania que realiza el estudio, en un correo electrónico.

Las estadísticas del grupo muestran cómo la variante delta se ha convertido rápidamente en el principal linaje identificado en la mayoría de las muestras examinadas en el sistema sanitario de la Universidad de Pensilvania.

Algunos hallazgos logrados a través de pruebas PCR pueden brindar pistas sobre el linaje cuya presencia se sospecha. Por ejemplo, la variante alfa, identificada por primera vez en septiembre del 2020 en el Reino Unido, causó fallas de la PCR relacionadas al gen S del virus, el cual codifica para la superficie de la proteína pico, debido a las mutaciones incluidas en la variante.

El fenómeno de que las variantes afecten las pruebas es previsible, dijo Everett, y es la razón por la cual las pruebas de PCR revisan “múltiples regiones del genoma viral”. Esa es “otra razón de por qué el monitoreo es importante: para identificar mutaciones en la comunidad que puedan interferir con las pruebas y ajustar las pruebas según sea necesario”, dijo.

La doctora Marie-Louise Landry, directora del Laboratorio de Virología Clínica en el Hospital de New Haven de la Universidad de Yale, mencionó que el asunto del gen S “solamente sugería alfa” porque era una de las mutaciones características de la variante alfa. La secuenciación del genoma entero, nos escribió en un correo electrónico, aún es necesaria para confirmar que en efecto se trata de la variante alfa.

Pinsky, quien también es director médico del Laboratorio de Virología Clínica en el hospital de la Universidad de Stanford, dijo que su laboratorio realiza una segunda y diferente prueba de PCR a muestras que dan positivo para SARS-CoV-2 con la intención de buscar mutaciones específicas que se observan en variantes de preocupación y en variantes de interés antes de la secuenciación.

Para la variante delta, dijo Pinsky, lo que se conoce como la mutación L452R es frecuentemente un indicio revelador: cerca de un 94% de las muestras analizadas por su laboratorio que muestran esa mutación resultan ser delta tras la secuenciación, indicó. Además, casi un 90% de todas las muestras que son positivas recientemente secuenciadas por su laboratorio son delta, agregó.

“Ciertamente, la variante delta no es una estafa”, dijo Pinsky.

Y si bien algunos de los mensajes virales en internet sugieren que los pacientes fueron “diagnosticados” con la variante delta, todos los expertos que consultamos dijeron que usualmente no se notifica a los pacientes sobre el linaje identificado, aunque en áreas donde predomina la propagación de la variante delta los pacientes podrían establecer inferencias.

El doctor Atul Butte nos mencionó en un correo electrónico que los análisis de secuenciación “NO son exámenes clínicos”.

“Estas secuencias se usan para seguimiento en salud pública y epidemiología”, dijo Butte, profesor de pediatría y epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, quien además dirige el Instituto Bakar de Ciencias Computacionales de la Salud de esa misma universidad. “La atención médica no sería distinta, ahora mismo, dependiendo si una variante u otra estuviera presente”.

Traducido por Luis Alonso Lugo.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.