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A Project of The Annenberg Public Policy Center

¿Qué tratamientos hay disponibles para el COVID-19?


This article is available in both English and Español

No hay curas para el COVID-19, pero se ha identificado un creciente número de tratamientos basados en evidencia científica. Algunos de ellos cuentan con una autorización de uso de emergencia, en vez de autorización completa, de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

A fines de diciembre de 2021, la FDA autorizó el uso de emergencia de los primeros antivirales contra el COVID-19, Paxlovid de Pfizer y molnupiravir de Merck.  Ambos medicamentos están autorizados para pacientes con COVID-19 leve a moderado con alto riesgo de enfermedad grave. Las píldoras deben administrarse lo antes posible y no más tarde de cinco días antes de que comiencen los síntomas. 

Paxlovid consiste en nirmatrelvir, un inhibidor de la proteasa que previene la replicación del coronavirus o SARS-CoV-2, y ritonavir, un fármaco que retarda la degradación del nirmatrelvir. En un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo encontró que Paxlovid reduce la hospitalización o muerte por cualquier causa relacionada con COVID-19 en un 86%, si se compara con un placebo, tras 28 días de seguimiento. La FDA aprobó el medicamento para adultos en mayo de 2023.

Molnupiravir también previene la replicación viral del SARS-CoV-2, pero funciona de una manera diferente, al introducir errores en el código genético del virus. Se demostró en un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, que reduce la hospitalización o la muerte por cualquier causa en un 30%, en comparación con un placebo, después de 29 días.

Si bien las píldoras son potencialmente revolucionarias para el tratamiento de la COVID-19, estas no sustituyen a la vacunación y conllevan algunos riesgos. Paxlovid, por ejemplo, puede no ser adecuado para personas con enfermedad renal o que toman ciertos otros medicamentos, mientras que molnupiravir no se recomienda para personas embarazadas.

El primer tratamiento contra el COVID-19 autorizado por la FDA fue el remdesivir, un medicamento antiviral intravenoso. Fue autorizado en octubre de 2020 para pacientes hospitalizados mayores de 12 años de edad con base en ensayos clínicos aleatorizados y controlados que mostraron tiempos de recuperación más cortos y probabilidades de mejoras clínicas estadísticamente significativas en pacientes con COVID-19 de leve a grave que recibieron el medicamento, comparado con quienes recibieron el placebo y cuidado regular.

Un ensayo clínico también ha demostrado que pacientes no hospitalizados, con COVID-19 de leve a moderado, pueden beneficiarse del tratamiento temprano con remdesivir. Los pacientes de alto riesgo que recibieron tres días de remdesivir intravenoso durante la semana del inicio de los síntomas tuvieron un 87 % menos de probabilidades de ser hospitalizados o morir en comparación con los que recibieron placebo. La autorización fue luego extendida a niños y bebés mayores de un mes de edad y a pacientes no hospitalizados con COVID-19 leve o moderado con alto riesgo de desarrollar la enfermedad grave. 

Otros dos fármacos aprobados por la FDA para el COVID-19 son baricitinib y tocilizumab, inmunomoduladores utilizados tradicionalmente para tratar enfermedades como la artritis reumatoide. En el caso del COVID-19, están aprobados para su uso en determinados pacientes hospitalizados, como los que necesitan ventilación asistida, y se cree que ayudan a frenar las respuestas inmunitarias hiperactivas que pueden ser perjudiciales más adelante en la progresión de la enfermedad.

Otras terapias incluyen tratamientos con anticuerpos monoclonales dirigidos al SARS-CoV-2 en pacientes con enfermedad leve a moderada que tienen un mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave. Estas drogas son anticuerpos sintéticos que están diseñados para prevenir que el virus entre a las células, aunque puede que algunos no sean efectivos contra todas las variantes del coronavirus. Hasta el 30 de noviembre de 2022, la FDA no había autorizado ningún anticuerpo porque no se espera que ninguno funcione contra las cepas víricas específicas que circulan. 

Otro medicamento clave en el arsenal limitado de tratamientos es el esteroide llamado dexametasona, el cual según un ensayo aleatorizado y controlado en el Reino Unido, produjo un beneficio en la mortalidad de pacientes con COVID-19 hospitalizados recibiendo ventilación mecánica u oxígeno. El hallazgo fue anunciado en junio de 2020. La dexametasona, sin embargo, no ayudó a pacientes que no estaban recibiendo oxígeno suplementario y puede haberles causado daño.