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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Infundada teoría conspirativa surge tras muertes de presidente de Haití y otros líderes


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Luego del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, surgieron mensajes en medios sociales que insinúan infundadamente que tanto él como otros líderes mundiales fueron asesinados o murieron por oponerse a las vacunas contra el COVID-19 en sus respectivos países. Todos los líderes nombrados en las publicaciones, excepto Moïse, murieron por causas naturales. Al menos uno apoyaba la vacunación. 


Historia completa

El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado el 7 de julio en su casa en Puerto Príncipe y la primera dama Martine Moïse fue gravemente herida durante el ataque. 

De acuerdo a informes noticiosos, un grupo de mercenarios de Colombia y al menos dos haitiano-estadounidenses han sido detenidos en conexión con el ataque. 

Varias naciones están involucradas en la investigación, incluyendo a Estados Unidos que envió funcionarios del FBI, del Departamento de Justicia y del Departamento de Seguridad Nacional a Haití el 12 de julio. 

Luego de la muerte de Moïse, mensajes compartidos ampliamente en las redes sociales han difundido la infundada teoría conspirativa de que él fue uno de varios líderes que fueron asesinados, o que murieron en “circunstancias sospechosas”, en los últimos 13 meses por oponerse a la vacunación contra el COVID-19 en sus respectivos países. 

“¿Qué tienen en común todos estos líderes mundiales? Todos se opusieron a la vacunación de los ciudadanos de sus países. ¿Qué más? Todos fueron asesinados recientemente o murieron en circunstancias muy sospechosas”, dice un mensaje en Instagram que lista los nombres de cinco líderes fallecidos. 

Otro mensaje en Instagram muestra fotos de los cinco líderes y dice: “¿Asesinados? ¿Por oponerse a las vacunas contra el COVID-19?”.

Pero las acusaciones son falsas o infundadas en varios puntos. 

Si bien la investigación está en curso, no ha surgido evidencia sugiriendo que Moïse fue asesinado por oponerse a la vacunación contra el COVID-19. 

En medio de un alza de casos de COVID-19 en Haití, en mayo, Moïse impuso un toque de queda durante la noche y una orden de utilizar mascarillas. Pero Haití ha sido lento en iniciar el programa de vacunación y rechazó un cargamento inicial de vacunas de AstraZeneca, citando preocupaciones sobre los efectos secundarios. 

El mensaje en Instagram tiene datos incorrectos respecto a las muertes de los otros líderes. 

El presidente de Tanzania, John Magufuli, murió el 17 de marzo de una afección al corazón, fibrilación auricular crónica, de acuerdo al ex vicepresidente del país del este africano, Samia Suluhu Hassan. Hassan dijo en televisión nacional que Magufuli “sufrió de esta afección al corazón durante los últimos 10 años”, y el Guardian reportó que usaba un marcapasos. 

Es cierto que Magufuli era un escéptico respecto al COVID-19. Y le sugería a la gente que “rezara e inhalara vapor de infusiones de hierbas” para luchar contra el COVID-19, en vez de ponerse la vacuna. 

Antes de la muerte de Magufuli, y desde mayo de 2020, Tanzania no había publicado ninguna estadística respecto del COVID-19, a pesar de solicitudes de la Organización Mundial de la Salud. Tres meses después de la muerte de Magufuli, Tanzania comenzó a trabajar con el programa de cooperación de vacunación global COVAX

El presidente de Burundi Pierre Nkurunziza murió el 8 de junio de 2020. Había sido ingresado al hospital dos días antes. Su estado mejoró, pero sufrió de un paro cardiaco y los esfuerzos por revivirlo no fueron exitosos, de acuerdo a funcionarios del gobierno. 

Nkurunziza enfrentó críticas por no tomar medidas serias para proteger a los ciudadanos del COVID-19. El ex jugador de fútbol no había impuesto restricciones en el país por la pandemia y permitió que se llevaran a cabo grandes eventos deportivos y demostraciones políticas.

Aunque Magufuli y Nkurunziza se opusieron a las vacunaciones en sus respectivos países, aparentemente murieron por afecciones al corazón, no asesinato, como los mensajes sugieren sin evidencia en las redes. 

Hamed Bakayoko se convirtió en primer ministro de Costa de Marfil, también conocido como Côte d’Ivoire, en julio de 2020. Bakayoko murió de cáncer en un hospital en Alemania el 10 de marzo. 

Bakayoko nunca negó la existencia del COVID-19, habiendo contraído el virus él mismo en meses recientes. Buscó vacunas para su país, y el 26 de febrero, Costa de Marfil recibió 504.000 dosis de vacunas contra el COVID-19 por parte de COVAX, convirtiéndose en una de las primeras naciones en recibir vacunas a través del programa. 

Ambrose Dlamini, el primer ministro del Reino de Esuatini, antes conocido como Suazilandia, murió el 13 de diciembre de 2020, cuatro semanas después de dar positivo en una prueba para el COVID-19. No encontramos evidencia de que Dlamini apoyara o se opusiera a las vacunas. 

En una declaración publicada el 8 de julio de 2020, en la página web del gobierno, Dlamini dijo que su país había declarado emergencia nacional en respuesta a la pandemia y que luego había pasado regulaciones para luchar contra el COVID-19. 

Un confinamiento parcial fue declarado en Esuatini para restringir el movimiento de personas y asegurar el máximo cumplimiento con los protocolos de salud basados en las recomendaciones de la OMS y la Organización Internacional del Trabajo. 

A poco tiempo de que Dlamini muriera por causa del virus, autoridades en Esuatini anunciaron planes para vacunar a toda la población contra el COVID-19 usando programas como COVAX. 

Traducido por Catalina Jaramillo. 

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.