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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Las personas vacunadas no son más susceptibles al COVID-19 que las no vacunadas


This article is available in both English and Español

P: ¿Las personas vacunadas y con la dosis de refuerzo son más susceptibles a infectarse o enfermarse con la variante ómicron que las personas no vacunadas?

R: No. La vacunación aumenta la protección contra el COVID-19. A veces, ciertos datos sin procesar pueden sugerir lo contrario, pero esa información no puede utilizarse para determinar la eficacia de las vacunas.

PREGUNTA COMPLETA

¿Las personas totalmente vacunadas y con la dosis de refuerzo tienen más probabilidades de contagiarse con la variante ómicron del virus?

¿Es verdad que Walgreens dijo que los vacunados tienen más probabilidades de contraer covid y de manera más severa que los no vacunados?

Un amigo mío publicó información del gateway pundit y quiero comprobar su legitimidad. A continuación está el título del artículo. “Walgreens revela que los no vacunados tienen la tasa más baja de resultados positivos para el COVID, y los grupos con dos o tres vacunas tienen la peor tasa”.

RESPUESTA COMPLETA

Actualización, 23 de enero 2023: Después de que haber contestado esta pregunta por primera vez para esta historia, aparecieron publicaciones en las redes sociales utilizando un tuit mal redactado por los funcionarios de salud de la ciudad de Nueva York para afirmar incorrectamente que las personas vacunadas eran más susceptibles a la infección por el coronavirus que las personas no vacunadas. Para más detalles, por favor vea nuestra historia: “Las personas vacunadas no son más susceptibles al COVID-19 que las no vacunadas“.

En las últimas semanas, hemos recibido varias preguntas sobre si las personas vacunadas son más susceptibles al COVID-19 que las no vacunadas, especialmente frente a la variante ómicron.

Una de estas preguntas vino de un lector que se preguntaba si Walgreens había dicho que las personas vacunadas corrían un riesgo mayor. Otro preguntaba sobre un artículo engañoso del sitio de noticias conservador Gateway Pundit, que también se refería a Walgreens, mientras que otros no mencionaron a la cadena de farmacias.

Un informe de Walgreens publicado en mayo dijo que, a principios de 2022, las personas no vacunadas que se realizaron la prueba del COVID-19 en las farmacias de la empresa tenían una tasa de positividad más baja que aquellas que habían recibido al menos una vacuna contra el COVID-19, la tendencia inversa a la observada antes de la variante ómicron.

Pero, como explicaremos, eso no significa que la vacuna aumente la vulnerabilidad de las personas. Por el contrario, el informe señala específicamente que las personas no vacunadas tenían más probabilidades de haber tenido COVID-19 antes, y entre aquellos con un episodio previo de COVID-19, “los pacientes no vacunados tenían significativamente más probabilidades de dar positivo que los pacientes vacunados”.

En el caso del informe de Walgreens, y otros, los datos brutos pueden ser engañosos, un fenómeno que ha sido explotado por sitios web dudosos que usan datos de manera selectiva para argumentar que los no vacunados de alguna manera están en mejores condiciones que los que han optado por las vacunas. Una gran cantidad de pruebas sólidas demuestra que eso es falso: vacunarse aumenta, no disminuye, la protección contra el coronavirus.

Protección de las vacunas contra la variante ómicron

En primer lugar, es cierto que las personas que están vacunadas o tienen la dosis de refuerzo son más susceptibles de infectarse con la variante ómicron que con las variantes anteriores. Esta variante, que ha sido la dominante en EE. UU. desde el invierno y que ahora consta de varias subvariantes, es más transmisible y más esquiva, inmunológicamente hablando. Esto ha provocado un aumento de reinfecciones e infecciones en personas vacunadas. En ese sentido, las personas vacunadas corren más riesgo que antes. Pero no hay pruebas de que tengan más probabilidades de contraer el virus que otras personas, con condiciones similares, que no se han vacunado.

Múltiples estudios indican que los vacunados o con la dosis de refuerzo reciben al menos cierta protección temporal contra la infección por la variante ómicron, aunque de manera reducida en comparación con las variantes anteriores.

Por ejemplo, un estudio de pacientes en el sur de California descubrió que dos dosis de la vacuna de Moderna reducían el riesgo de infección por ómicron en un 44% los tres primeros meses, en comparación con un 80% con la variante delta, disminuyendo más con el paso del tiempo hasta llegar a una reducción del 6% hasta un año después, frente a un 61% con la variante delta. La dosis de refuerzo aumentó la protección contra la infección por ambas variantes, pero la protección no fue tan alta contra ómicron.

Otros análisis, como en Dinamarca y la Administración de Salud de los Veteranos, han encontrado resultados similares.

“La protección relativa con la variante ómicron es menor en comparación con las variantes anteriores (especialmente con solo 2 dosis en lugar de 3), pero esa protección sigue existiendo”, nos dijo en un correo electrónico el Dr. Aaron Richterman, becario de enfermedades infecciosas en la Universidad de Pensilvania. “Hay muchas pruebas sólidas que lo respaldan”.

Richterman es el autor principal de un estudio publicado el 6 de junio en Clinical Infectious Diseases que determinó que entre trabajadores sanitarios las terceras dosis de las vacunas de ARNm seguían protegiendo contra la infección por ómicron, aunque mucho menos que contra delta. En comparación con los empleados no vacunados, los vacunados con la vacuna de Pfizer/BioNTech y con dosis de refuerzo tenían un 54% menos de probabilidades de infectarse durante la ola de ómicron, frente a un 93% menos durante la ola de delta. Del mismo modo, los que recibieron tres dosis de la vacuna de Moderna tuvieron un 46% menos de probabilidades de infectarse durante la época de ómicron, frente a un 96% menos de probabilidades durante la era de delta.

El estudio no identificó un efecto protector contra la infección con solo dos dosis, pero Richterman dijo que creía que eso se debía al pequeño número de personas no vacunadas en el estudio, lo que hacía que el intervalo de confianza fuera muy amplio para hacer estimaciones.

“Yo no interpretaría esto como que dos dosis no proporcionan ninguna protección, porque cuando observamos la totalidad de la evidencia (incluidos otros estudios con muestras más numerosas sin vacunar) se puede medir cierto grado de protección”, dijo.

En particular, un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) sobre la vacuna de Pfizer/BioNTech en adolescentes y niños, que cumplieron los requisitos para ser vacunados después de los adultos, descubrió que dos dosis de la vacuna reducían el riesgo de infección por la variante ómicron en un 31% entre niños de 5 a 11 años, y en un 59% entre adolescentes de 12 a 15 años.

Un estudio de jugadores de baloncesto y personal de la NBA durante la era de la variante ómicron también descubrió que aquellos que recibieron una dosis de refuerzo tenían un 57% menos de probabilidades de infectarse por el coronavirus que los que cumplían los requisitos, pero no habían recibido la dosis de refuerzo, lo que indica que la vacunación puede prevenir la infección por ómicron en algún grado.

Otros datos también muestran que las vacunas ofrecen cierta protección, aunque sea significativamente menor, contra la infección sintomática por la variante ómicron.  Por ejemplo, un estudio publicado en marzo en el New England Journal of Medicine descubrió que en el Reino Unido dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech tenían una eficacia de un 65,5% a las 2 o 4 semanas, que se reducía al 8,8% después de 25 o más semanas, y que una dosis de refuerzo de Pfizer/BioNTech o de Moderna aumentaba la protección.

Richterman dijo que “en este momento” era “indiscutible” que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de infectarse que las no vacunadas. Otros expertos no fueron tan rotundos al respecto, pero también pensaron que era probable que fuera cierto.

“Sí creo que la vacunación reduce la infección y hay algunos datos que lo corroboran. Solo que no creo que tengamos todavía suficientes datos para estar seguros de ello”, nos dijo en un correo electrónico Matthew Fox, epidemiólogo en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, refiriéndose a una infección por ómicron. “Así que me gustaría tener más datos antes de estar seguro”.

Un hombre es vacunado en un Walgreens de Massachusetts el 1 de febrero de 2021, el primer día en que las vacunas contra el COVID-19 estuvieron disponibles en el estado para mayores de 75 años. Foto de Pat Greenhouse/The Boston Globe vía Getty Images.

En cualquier caso, Fox dijo que no hay pruebas convincentes de que las personas vacunadas o con dosis de refuerzo corran mayor riesgo que las no vacunadas, como han afirmado algunos.

“Hay pruebas en el sentido de que se pueden ver algunos lugares donde las tasas brutas de infección en los no vacunados son menores que en los vacunados”, dijo. Pero, añadió, esos “son datos no ajustados, por lo que no se puede confiar en ellos”.

Por lo tanto, es probable que las vacunas sigan ayudando a una persona a evitar la infección por la variante ómicron, aunque solo sea un poco y durante un corto período de tiempo. (Esa protección limitada es una de las razones por las que nadie debería confiar únicamente en la vacunación si no quiere infectarse). Sin embargo, el objetivo principal de la vacunación es prevenir enfermedades graves, y en ese sentido, los datos son abrumadoramente claros: la vacunación sigue siendo bastante eficaz.

“En general los datos sugieren alrededor de un 20-30% de eficacia contra la infección en la era de la variante ómicron. No es alta”, dijo en un correo electrónico el Dr. David Dowdy, epidemiólogo en la Universidad Johns Hopkins. “Pero la protección contra la enfermedad grave sigue siendo alta”.

De hecho, numerosos estudios han constatado que hay una pequeña disminución en relación con las variantes anteriores, pero el nivel de protección contra síntomas serios sigue siendo alto. Los análisis de los CDC, por ejemplo, muestran que dos dosis de una vacuna de ARNm reducen el riesgo de hospitalización en un 64% entre cuatro y seis meses después de la última dosis, y que la protección se eleva a un 84% con una dosis de refuerzo después de la misma cantidad de tiempo. La protección es aún mayor durante los primeros meses después de la dosis y contra las enfermedades graves y la muerte.

“No deberíamos pretender que la vacunación proporcione una protección duradera contra la infección”, dijo Dowdy, señalando que la protección contra la infección solo parece durar unos meses. “Pero los datos son muy claros en cuanto a que las personas que han sido vacunadas y tienen la dosis de refuerzo corren mucho menos riesgo de ser hospitalizadas y morir”.

Malinterpretación de datos brutos

La noción errónea de que las personas vacunadas y con la dosis de refuerzo son más susceptibles al COVID-19 que las no vacunadas suele producirse al malinterpretar estadisticas brutas, que no pueden utilizarse para sacar conclusiones sobre la eficacia de la vacuna.

Por ejemplo, las estadísticas de Walgreens sobre las que han preguntado nuestros lectores están relacionados con mayores tasas de positividad en personas vacunadas y con dosis de refuerzo que acudieron a sus farmacias para hacerse la prueba del COVID-19, en comparación con personas no vacunadas.

The Gateway Pundit compartió una captura de pantalla de un cuadro de Walgreens llamado “Índice del COVID-19” con dichas cifras y anunció que los números eran “escandalosos”. El sitio procedió a interpretar incorrectamente los datos como si demostraran que “las vacunas no funcionan como se anuncia”.

Pero como había explicado Walgreens previamente en sus gráficos, y luego citó en un informe más detallado, las tasas de positividad no están ajustadas y pueden “dar lugar a interpretaciones erróneas”.

En un informe actualizado del 11 de mayo, los analistas de la empresa, en colaboración con los científicos de Aegis Sciences Corporation, la empresa que realiza las pruebas de PCR en Walgreens, examinaron los datos para explorar las diferencias entre los grupos vacunados y no vacunados que podrían afectar la probabilidad de que alguien diera positivo con COVID-19 en una prueba de PCR o en una prueba rápida (aunque los cuadros gráficos solo mostraban los resultados de las pruebas de PCR).

El análisis encontró varias diferencias que podrían explicar la menor probabilidad de que personas no vacunadas den positivo en comparación a los grupos vacunados, por ejemplo, una menor probabilidad de informar el haber tenido contacto cercano con alguien con COVID-19, menor probabilidad de vivir en un condado con una mayor tasa de positivos y mayor probabilidad de haber informado de una infección previa de COVID-19. “Estos pacientes que sobrevivieron probablemente se beneficiaron de la inmunidad natural que proporciona cierta protección contra futuras infecciones, reduciendo aún más la tasa de positivos reportada en el grupo no vacunado”, escribieron los autores del informe.

Las personas no vacunadas también probablemente se hacían pruebas semanales, con más probabilidades de dar negativo porque no se estaban haciendo la prueba por tener síntomas o por haber estado expuestos.

Y cuando la tasa de positividad se calculó solo entre quienes tuvieron una infección previa por coronavirus, las personas no vacunadas tuvieron “una probabilidad mucho mayor” de dar positivo que las vacunadas, según el informe. “Esto respalda los hallazgos anteriores sobre la ‘superinmunidad’ de los pacientes que recibieron la vacuna contra el COVID-19 y tuvieron una infección previa por este virus”, escribieron los autores. “Aunque la inmunidad natural ofrece cierta protección a los pacientes no vacunados, la infección previa y la vacunación combinadas, ofrecen una protección aún más eficaz”.

De manera similar, el análisis descubrió que entre los adultos mayores, la mayoría de los cuales declararon haberse hecho pruebas para viajar, “los pacientes no vacunados tuvieron muchos más resultados positivos en comparación con los vacunados”.

Un portavoz de Walgreens hizo hincapié en las limitaciones de los datos de sus cuadros gráficos, en bruto y sin ajustar, a menos que se indique lo contrario. “Esto contribuye al panorama general de la propagación del COVID-19 de manera puntual, pero no se puede utilizar para llegar a conclusiones sobre la eficacia de las vacunas”, dijo en un correo electrónico. “Como se indica en el Índice del COVID-19, para sacar conclusiones importantes, los datos deben analizarse para controlar factores como la edad, la repetición de las pruebas, la exposición reciente o directa al COVID-19 y las enfermedades preexistentes, entre otros”.

Ciertamente, la capacidad de la variante ómicron para evadir la inmunidad es una de las razones por las que los datos de positivos de Walgreens cambiaron con el tiempo y por lo que se están infectando más personas vacunadas que antes. Pero, de nuevo, no significa que las personas vacunadas sean realmente más susceptibles a la infección que si no se hubieran vacunado.

“Con el tiempo, se están vacunando más personas, pero también más personas no vacunadas se han enfermado, lo que les proporciona cierto nivel de protección en adelante. También es cierto que la inmunidad de la vacuna (o de la infección) contra otra infección no dura mucho tiempo”, dijo Dowdy. “Así que, dado que no mucha gente se ha vacunado en los últimos 3 meses, las personas vacunadas se están infectando, en muchos casos, a niveles similares que los que no se han vacunado. Pero si observamos las hospitalizaciones y las muertes, está claro que las vacunas siguen siendo muy eficaces”.

Los expertos con los que hablamos nos advirtieron del peligro de sobreinterpretar datos brutos que comparan a los vacunados con los no vacunados sin tratar de controlar otras diferencias entre diversos grupos. 

“Es muy importante recordar que simplemente no se puede observar tendencias del covid y la vacunación y sacar conclusiones sobre el efecto de las vacunas. La explicación es que los que están vacunados no son iguales a los que no lo están”, dijo Fox.

Una gran diferencia es la edad. A mayor edad, mayor es la probabilidad de estar vacunado, y las personas mayores son mucho más propensas a enfermar y a enfermar de gravedad, dijo Fox. El comportamiento y las infecciones previas también son diferentes.

Lo que realmente queremos saber, dijo Fox, es si “entre personas de 20 años, o entre personas de 50 años, o entre personas de 80 años (y luego dentro de estas, entre aquellas con los mismos niveles de exposición al virus, algo muy difícil de ajustar),  ¿existen más probabilidades de contagio y hospitalización, etc, si están vacunados o no? Y todos los estudios de calidad muestran que los vacunados tienen tasas más bajas, no más altas”.

Avnika Amin, epidemióloga de enfermedades infecciosas e investigadora postdoctoral en la Universidad de Emory, también dijo que era problemático sacar conclusiones cuando los grupos no vacunados y vacunados “no son totalmente comparables”. Existen diferencias entre los que solicitan las pruebas, lo que se ha complejizado aún más, recientemente, con el aumento de las pruebas rápidas, dijo, que generalmente no se notifican a las autoridades de salud pública.

“Nos resulta más difícil obtener tasas precisas ahora que al principio de la pandemia”, dijo en una entrevista.

Es más probable que, desde un principio, las personas vacunadas y con la dosis de refuerzo sean más vulnerables al coronavirus, señaló, y una persona previamente infectada podría ser menos propensa a vacunarse, ya que está más protegida contra otra infección que alguien que no se ha infectado ni vacunado antes.

Los CDC han estado publicando cuadros de gráficos de las tasas de casos y muertes por COVID-19 entre los no vacunados, los vacunados y los que tienen la dosis de refuerzo. Los datos se ajustan por edad, pero no se tienen en cuenta otros factores.

Para el mes de marzo, el gráfico muestra que, entre personas mayores de 12 años, los no vacunados tenían 1,9 veces más probabilidades de dar positivo y 17 veces más probabilidades de morir que los vacunados con dosis de refuerzo.

Amin no representa a los CDC pero fue coprimera autora de una publicación en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad en el que se informaba de datos similares cuando la variante ómicron surgió por primera vez en EE. UU.  Amin reconoció que estos datos eran “imperfectos”, pero dijo que es “muy importante ajustar” por edad.

“No es solo que su riesgo, si está expuesto, su riesgo de enfermar aumenta con la edad, es también que tiene más probabilidades de tener una condición que afecte su inmunidad a medida que envejece, tiene más probabilidades de tener otras cosas que puedan ponerlo en riesgo de padecer Covid grave”, dijo.

Sin embargo, dijo, hay una razón por la que el cuadro de gráficos está lleno de notas a pie de página que advierten a los visitantes sobre posibles problemas con los datos. Y en lugar de dar demasiada importancia a pequeñas irregularidades en los datos, recomendó utilizar la información como una herramienta de vigilancia.

“La mejor manera de pensar en esto es que es una alerta temprana de si tenemos que preocuparnos por la protección de la vacuna y si está cambiando con el tiempo, o si está disminuyendo, o si tal vez está surgiendo una nueva variante”, dijo sobre los gráficos. Entonces, dijo, los científicos pueden diseñar buenos estudios para investigar más a fondo.

Traducido por Elena de la Cruz.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.