Facebook Twitter Tumblr Close Skip to main content
A Project of The Annenberg Public Policy Center
SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Mensaje viral causa confusión sobre los reportes de muertes por COVID-19 y la supervisión de la vacunación


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Un tuit que se propagó en varias plataformas de redes sociales sugiere falsamente que cualquier muerte ocurrida a 20 días de un resultado positivo en una prueba de COVID-19, debe ser atribuida a la enfermedad “independientemente de otros factores involucrados”. No existe tal política. Y tampoco hay evidencias de otra sugerencia del mismo mensaje que dice que las vacunas están causando muertes que están siendo ignoradas.


Historia Completa

El COVID-19 es peligroso: se calcula que la enfermedad ha causado más de 579.000 muertes tan solo en los Estados Unidos y puede ocasionar problemas de salud a largo plazo en algunas personas que se contagian. Las vacunas contra el COVID-19 que ya han sido autorizadas para el uso de emergencia en EE. UU., entre tanto, fueron catalogadas en ensayos clínicos como seguras y efectivas en prevenir la enfermedad sintomática. Hasta ahora se han aplicado cerca de 250 millones de dosis. 

Pero un mensaje publicado en internet distorsiona los hechos para decir implícitamente que, debido a una supuesta directriz sobre pruebas positivas de COVID-19, las muertes por COVID-19 están infladas. Las publicaciones también sugieren sin base que las vacunas están causando muertes, y que éstas están siendo ignoradas.

“¿Qué curioso, no? Si uno muere dentro de 20 días de haber sido diagnosticado positivo por el Rona (independientemente de otros factores involucrados). Lo contarán como muerte por COVID”, dice el tuit publicado el 2 de mayo, refiriéndose al coronavirus como ‘Rona’. “Sin embargo, si cae muerto a 24 horas de vacunarse, no tiene nada que ver con eso”. 

Un mensaje en Instagram (ya eliminado), que incluye una captura de pantalla del tuit, recibió más de 32.000 me gusta. Otro recibió más de 8.000 me gusta.

Pero no existe una regla que diga que quienes “mueren dentro de 20 días de dar positivo” por COVID-19 tienen que ser clasificados automáticamente como muertes causadas por la enfermedad, “independientemente de otros factores involucrados”.

Ya hemos abordado similares argumentos falsos sobre certificados de muerte por COVID-19 y hemos explicado que no existen leyes federales que rijan el proceso de certificados de muerte. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) establecen directrices sobre los certificados de muertes, incluyendo regulaciones específicas sobre el COVID-19.

Los CDC aconsejan específicamente que el “COVID-19 no debe de ser reportado en el certificado de muerte si no causó o contribuyó a la muerte”.

Y tampoco hay evidencias de que otras agencias locales o estatales tengan una regulación de 20 días como esa.

Es posible que el COVID-19 pueda ser incluido como factor contribuyente, pero no como causa subyacente de alguna muerte, en algunos casos.  Pero hasta ahora, al menos el 90% de los certificados de muerte que citan al COVID-19 incluyen a la enfermedad como causa subyacente, es decir la enfermedad que desató la cadena de eventos que terminó con la muerte de la persona, de acuerdo con información de los CDC disponible al 5 de mayo.

Vale la pena destacar que, en el contexto de la implicación infundada de que las muertes de COVID-19 están siendo sistemáticamente mal reportadas, que el exceso de muertes calculadas refuerza el total de las fatalidades durante la pandemia. De marzo de 2020 hasta comienzos de 2021, en EE UU. se registró alrededor de un 20% más de decesos de los que se hubiesen esperado durante el mismo período, según análisis. Estos cálculos son más altos que las cifras oficiales de muertes por COVID-19 por ese período; el exceso de mortalidad también puede mostrar efectos indirectos de la pandemia, como personas que pueden haber fallecido por otras causas porque evitaron buscar atención médica.

El tuit que sugiere que las vacunas contra el COVID-19 están causando muertes que no están siendo investigadas tampoco tiene validez.

El gobierno estadounidense tiene varios sistemas de supervisión establecidos para identificar reportes de eventos adversos, incluyendo el Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés). A los pacientes y profesionales de la salud se les pide que reporten “cualquier evento médico de importancia clínica que ocurra después de una vacunación”, incluso si no están seguros de si fue resultado de la vacuna.

Los CDC y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) revisan cada reporte de muerte que ocurre después de una vacunación para determinar si fueron causados por la vacuna. No ha habido un vínculo contundente  para la gran mayoría de los reportes.  

La hoja informativa de la FDA para profesionales del cuidado de salud que aplican vacunas de Johnson & Johnson ahora dice que “una relación causal” entre la vacuna y casos muy poco frecuentes de una combinación de coágulos de sangre y niveles bajos de plaquetas sanguíneas “son creíbles” en base a la evidencia disponible. Estos casos fueron identificados por los sistemas de supervisión. Hasta el 4 de mayo, había 23 reportes confirmados de personas que desarrollaron la afección tras recibir vacunas de J&J, y al menos tres de las personas fallecieron. Más de 8,4 millones de dosis de la vacuna de J&J han sido aplicadas.

El 13 de abril, funcionarios federales recomendaron suspender temporalmente la aplicación de las vacunas de J&J mientras se investigaba el asunto. Diez días después, las autoridades levantaron la suspensión diciendo que los “beneficios potenciales y conocidos superaban los riesgos potenciales”. Tanto la FDA como los CDC ahora incluyen advertencias sobre el riesgo escaso. Los CDC dicen que “mujeres menores de 50 años de edad particularmente deben estar al tanto del riesgo poco frecuente pero más alto de sufrir este evento adverso” con la vacuna de J&J, y que existen otras vacunas contra el COVID-19 “disponibles para las que no se ha observado este riesgo”.

En conclusión, los funcionarios de salud sí revisan los reportes sobre eventos adversos que se presentan tras las vacunaciones, incluyendo reportes de fatalidades, contrario a lo que sugiere el tuit. 

Traducción por E.J. Támara. 

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.