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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Videos de imanes en el brazo vuelven a encender acusaciones ficticias sobre microchips en vacunas


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Las listas de ingredientes de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas para el uso en Estados Unidos están disponibles para el público. Sin embargo, una oleada de videos de personas que dicen que después de la vacunación imanes se les pegan en el brazo, le ha dado renovada atención a la acusación falsa de que las vacunas contienen microchips. Los expertos dicen que ninguno de los ingredientes podría causar este supuesto efecto.


Historia completa

A pesar de los mitos sobre de qué están hechas las vacunas contra el COVID-19, los ingredientes para cada una de las vacunas autorizadas para el uso de emergencia en EE. UU. están a disposición pública. Como hemos explicado, usted puede encontrar una lista completa de ingredientes en las hojas informativas preparadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para las vacunas de Pfizer/BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson

Pero una acusación falsa que comenzó a circular mucho antes de que las vacunas comenzarán a ser administradas, que dice que las vacunas contenían “microchips”, está dando vueltas en las redes otra vez. Esta vez con la ayuda de una serie de videos que dicen mostrar pruebas. 

En un video publicado en varias plataformas de las redes sociales, una mujer asegura y muestra que, como resultado de haberse vacunado recientemente, un imán se le adhiere en el brazo.

“Aquí está el imán. Este es el brazo en que recibí la vacuna de Pfizer”, dice, poniendo lo que parece ser un pequeño imán plateado y circular en su brazo izquierdo. “Y ahí está”. 

Después de que parece como que el imán se quedara pegado en el brazo por un tiempo, se lo quita rápidamente y se lo pone en el otro brazo, “el brazo que no recibió la vacuna” y el imán se cae al suelo. “Véalo usted mismo. Tenemos un chip. Estamos todos jod-dos”.

Un mensaje en Instagram que incluía el video fue vista más de 110.000 veces (al 14 de mayo). En TikTok, un video similar con un imán con forma de Yoda obtuvo más de 702.000 me gusta antes de ser borrado. 

Hay mucho que no sabemos sobre estos videos, incluyendo si las personas en los videos estaban efectivamente vacunadas o no, qué imanes usaron o si usaron otras sustancias para hacer que los imanes se pegaran. 

Pero no hay sustento para la falsa acusación de que las vacunas contienen “microchips” o ingredientes que produzcan tal efecto magnético. 

Ya hemos desmentido varias acusaciones falsas sobre las vacunas contra el COVID-19 y los microchips. En abril de 2020, una teoría conspirativa tergiversó proyectos realizados por la Bill & Melinda Gates Foundation para sugerir erróneamente que Bill Gates planeaba usar las vacunas contra el COVID-19 para “rastrear a la gente”. 

Similarmente en diciembre, un video dando vuelta en las redes acusaba equivocadamente que las vacunas tenían un microchip que “rastreaban la ubicación de un paciente”. En realidad, la acusación distorsionaba información sobre una tecnología propuesta para monitorear los viales plásticos de las dosis de las vacunas, no a las personas vacunadas. 

Ahora, los videos con imanes le echan más leña al fuego para avivar el mismo mito.

Lisa Morici, profesora asociada de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane quien estudia vacunas, enfatizó en un correo electrónico que los “ingredientes de las vacunas de ARNm y las vacunas de adenovirus son simplemente ARN/ADN, lípidos, proteínas, sales y azúcares”. (Las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna usan un ARN mensajero modificado para darle instrucciones a las células para que éstas produzcan proteínas de pico, mientras que la vacuna de J&J utiliza un adenovirus modificado con el ADN para la proteína de pico del SARS-CoV-2).

“Todos estos componentes se encuentran en múltiples alimentos, vacunas y medicamentos”, dijo Morici. 

“El ‘microchip’ es, por su puesto, un mito que está propagándose en las redes”, dijo. “‘Micro’ se refiere al tamaño del chip = micrones en tamaño, mientras que las vacunas de ARNm y de adenovirus son nanopartículas, es decir, nanómetros en tamaño. Las vacunas son por lo tanto 1000 veces más pequeñas que un microchip y un microchip no cabría en la vacuna”. 

Respecto a la noción de que las vacunas podrían tener un efecto magnético, dos expertos que contactamos nos dijeron que ninguno de los ingredientes en las tres vacunas podría causar ese supuesto resultado. 

“Para que un imán normal se adhiera magnéticamente a otra cosa, la otra cosa debe poseer una remanencia magnética significativa (como otro imán) o una permeabilidad magnética relativa que exceda significativamente la unidad (como muchas puertas de frigoríficos), dijo en un correo electrónico Mark Allen, profesor de ingeniería eléctrica y de sistemas de la Universidad de Pensilvania. “Según las hojas informativas de la FDA de las tres vacunas [contra el COVID-19] autorizadas por la FDA (Pfizer, Moderna y J&J), ninguno de los ingredientes de cualquiera de estas tres vacunas contiene algún material con estas propiedades (remanencia magnética significativa o permeabilidad magnética relativa que exceda significativamente la unidad)”.

Allen agregó que “los imanes tampoco se pegarían al silicio de los microchips de silicio”. En resumen, dijo: “Los imanes no se le pegarán sólo porque haya recibido la vacuna [contra el COVID-19]”.  

Randall Victoria, director del departamento de ingeniería eléctrica y computacional en la Universidad de Minnesota nos dijo además: “Aunque la mayoría de los materiales son magnéticos en el sentido del paramagnetismo, diamagnetismo y ferromagnetismo, solo un material ferromagnético tiene la potencialidad de hacer que un imán se adhiera a su brazo”. 

Victoria dijo “ninguno de los ingredientes enumerados en las vacunas de Pfizer, Moderna o Johnson & Johnson son ferromagnéticos, y por lo tanto no pueden causar que un imán se adhiera a su brazo. “Por lo demás, la mayoría de los microchips tampoco tienen componentes ferromagnéticos”.

En un video visto más de 10.000 veces en YouTube (al 14 de mayo), un hombre visita una tienda en Chicago llamada American Science & Surplus y muestra un paquete de “imanes de tierras raras” pegándose a su brazo izquierdo. El hombre anima a otros a visitar la tienda para “hacer el desafío del imán”. 

Kristina Apostolou, la administradora asistente de la tienda, nos dijo que el hombre visitó la tienda el 12 de mayo para grabar el video, pero dijo que no podía decir qué fue lo que causó que los imanes se pegaran a su brazo. 

Durante nuestra entrevista telefónica, Apostolou, quien dijo que no había recibido la vacuna contra el COVID-19, y una colega, quien dijo que sí había sido vacunada recientemente, intentaron recrear el “desafío del imán” con el mismo paquete. Pero “ninguna de nosotras obtuvo el efecto”, dijo. 

En otro video en YouTube, el mismo hombre de la tienda de Chicago muestra como supuestamente imanes se le pegan no solo en el brazo que recibió la vacuna, pero en el otro también. 

Gustav Kuhn, un investigador de psicología en la Universidad de Londres, Goldsmiths, quien estudia magia e ilusión y es el presidente de la Asociación de la Ciencia de la Magia, también revisó algunos videos para nosotros. “Es difícil, sino imposible saber por qué el imán se adhiere en estas situaciones”, dijo en un correo electrónico. 

Dicho eso, agregó que hay juegos de manos simples y conocidos que no son muy diferentes. Se podría usar un adhesivo, como cinta adhesiva, para hacer que algo parezca un imán. También hay un truco en el que uno hace que parezca que una moneda se le pega a la cabeza.

“No depende en images o cinta adhesiva”, dijo. “Solo tiene que apretar la moneda contra su frente. Puede probarlo usted mismo”. 

Traducido por Catalina Jaramillo.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.