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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Artículo distorsiona detalles de investigación post mortem de paciente vacunado


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Un controversial bloguero y presentador radial tergiversó las conclusiones de un informe médico al decir que un hombre de 86 años de edad falleció por causa de la vacuna contra el COVID-19. El principal autor del informe dijo que el anciano falleció de neumonía bacteriana y que “no hubo señal alguna de efecto secundario a la vacunación”.


Historia completa

El informe médico publicado en internet en abril fue etiquetado como el “el primer caso de investigación post mortem a un paciente vacunado contra el SARS-CoV-2”, el  coronavirus que causa el COVID-19. En el informe, los autores describieron el historial de un residente de un asilo de ancianos de 86 años de edad que falleció casi cuatro semanas después de recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech a comienzos de enero.

El hombre no exhibió ningún síntoma aparente por  más de dos semanas después de la vacunación, pero a los 18 días  fue hospitalizado con una diarrea que se agravaba. Siete días después de ser hospitalizado, dio positivo al SARS-CoV-2 (se cree que su compañero de habitación en el hospital lo contagió) y murió un día después.

Aunque al examinarlo se detectó el virus en varios de sus órganos vitales, los autores dijeron que el hombre no tenía síntomas de tener el COVID-19 (la enfermedad causada por el virus). Los autores concluyeron que la diarrea fue provocada por una colitis isquémica, enfermedad intestinal inflamatoria, y que la causa de muerte fue neumonía bacteriana y falla renal.

Los autores dijeron que los resultados de la autopsia “podrían sugerir que la primera vacunación induce inmunogenicidad” o una respuesta inmune, “pero no inmunidad estéril”, que es cuando el sistema inmune es capaz de evitar completamente que un virus cause una infección.

Pero algunas de las conclusiones del informe del caso fueron distorsionadas en una nota publicada el 13 de junio titulada “‘Bomba de tiempo global’ primer caso de investigación post mortem a un paciente vacunado contra el SARS-CoV-2; ‘ARN viral hallado en cada órgano del cuerpo’”.

El mensaje, compartido más de 8.000 veces en Facebook según CrowdTangle, fue publicado originalmente por Hal Turner, un presentador radial y bloguero de tendencia conservadora que ha empleado retórica del supremacismo blanco y ha difundido teorías de conspiración.

“La vacuna, si bien desató una respuesta inmune, NO IMPIDIÓ que el virus entrara a cada órgano del cuerpo”, subrayó. “El ARN viral fue hallado en prácticamente cada órgano del cuerpo, es decir, las proteínas pico también”.

Turner, quien admitió no ser doctor ni científico, dijo haber consultado a un especialista en enfermedades infecciosas de Nueva Jersey según el cual los resultados de la autopsia indican que todas las personas eventualmente tendrán efectos adversos por recibir la vacuna y que la vacuna no funciona o está causando que el virus se propague más rápidamente entre personas vacunadas. 

“Esta es una BOMBA DE TIEMPO GLOBAL”, Turner dijo al citar al especialista no identificado.

Luego, Turner concluye que la vacuna precipitó la muerte del hombre.

“Si uno lee el artículo entero, la historia completa es: el paciente recibió la vacuna, provocó que lo hospitalizaran con colitis ulcerosa debido a coágulos sanguíneos, durante su hospitalización un compañero de habitación asintomático lo infectó y murió cuatro días después”, escribió Turner. “Mi conclusión: la vacuna llevó a este anciano a su fin”.

Sin embargo, en una declaración a FactCheck.org, el principal autor del informe médico dijo que Turner malinterpretó varios puntos.

Personal de salud prepara dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech. Foto por Jean-Francois Monier/AFP via Getty Images.

“Las conclusiones a las que llegó Turner a partir de nuestro informe del caso son absolutamente manipuladas y la mayor parte de las veces contradicen completamente nuestras sugerencias”, dijo el Dr. Torsten Hansen, adscrito al Instituto de Patología del Hospital Universitario OWL de la Universidad Bielefeld, sede Lippe, en Detmold, Alemania.

Hansen dijo que el paciente no tuvo “colitis ulcerosa debido a coágulos sanguíneos” inducidos por la vacuna, como Turner afirmó.

“El paciente no sufrió colitis ulcerosa sino colitis isquémica”, explicó Hansen.

La colitis isquémica ocurre cuando el flujo sanguíneo al intestino grueso se reduce temporalmente, causando daño al tejido de colon. En este caso, Hansen dijo que el paciente tenía historial de colitis isquémica y sufría de “arteriosclerosis grave”, la cual restringe el flujo sanguíneo a órganos y tejidos.

“En regiones específicas del intestino tales como la flexura cólica izquierda, esos vasos sanguíneos son particularmente susceptibles a sufrir daños por arteriosclerosis. Por lo tanto, la zona respectiva del intestino desarrolla una enfermedad inflamatoria, llamada colitis isquémica”, nos dijo.

“Es más, en la historia médica del paciente hallamos un diagnóstico similar de colitis isquémica de hace unos 15 años (no descrita en el informe). Además, no detectamos ARN viral en las muestras de tejido de la investigación endoscópica del intestino grueso. Al ver todo en conjunto, la colitis isquémica es la causa de la diarrea y no está inducida por la vacunación”.

En un correo electrónico posterior, Hansen escribió que “no hubo señal alguna de efecto secundario a la vacunación” en los órganos examinados. Hansen agregó que el paciente murió por neumonía bacteriana y que él y los otros autores del informe “creen que no hubo ningún efecto viral significativo”.

“Nuestro paciente, aunque dio positivo al SARS CoV2 no murió de COVID19”, dijo, al subrayar que el texto de Turner usó incorrectamente el término COVID-19 para referirse al virus y a la enfermedad. “Nosotros sugerimos que la respuesta inmune causada por la vacunación fue capaz de prevenir el COVID19.”

Hansen formuló otros tres planteamientos:

  • Dijo que Turner “omitió completamente” que el paciente solamente recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, y “se sabe muy bien que la inmunogenicidad contra el SARS CoV2 no está plenamente establecida antes de dos semanas después de la segunda vacunación”.
  • Dijo que es “simplemente erróneo” que el ARN viral fue “hallado en cada órgano” del cuerpo del paciente, como afirmó Turner varias veces. Hansen y los otros autores del informe solamente analizaron nueve órganos conocidos como vías de propagación viral y detectaron virus en siete de ellos.
  • Finalmente, Hansen dijo que los resultados de la autopsia deben ser interpretados cuidadosamente porque tratan sobre un solo caso, lo cual dificulta extrapolar conclusiones generales sobre las vacunas.

Al saber que Hansen calificó el texto de Turner como una distorsión del informe de caso, Turner, cuya publicación admite que “podría estar errada”, defendió su análisis.

“Mi nota sobre la ‘Bomba de Tiempo Global’ no ‘distorsionó’ nada”, nos dijo en un correo electrónico. “La información proviene  del autor principal del informe y mi nota incluye un enlace al texto completo para que cualquiera pueda leerlo”.

De hecho, cualquiera que se tome el tiempo de leer el informe médico completo  sobre el historial del paciente probablemente notará que sus autores no llegaron a las mismas conclusiones que Turner.

Traducido por Luis Alonso Lugo.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.