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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Información de vacunas contra el COVID-19 fue revisada por pares, contrario a lo que dice un meme


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Las vacunas contra el COVID-19 han sido objeto de estudios revisados por pares que encontraron que son efectivas y seguras, pero un meme que ha estado circulando en las redes sociales afirma erróneamente que no se han realizado este tipo de estudios.


Historia completa

Los ensayos clínicos de las tres vacunas contra el COVID-19 disponibles en Estados Unidos incluyeron decenas de miles de participantes y han sido sujetos a estudios con revisión de pares. 

Pero un meme que circula en las redes sociales divulga falsamente que eso no es así. 

El meme incluye este titular: “Cosas que NO se ofrecen al recibir la vacuna del Covid”. Y luego una lista que incluye “estudios clínicos revisados por pares probando su seguridad y eficacia” y “responsabilidad legal si algo sale mal”. 

Es fácil demostrar que la primera acusación es falsa. La publicación New England Journal of Medicine, cuyos estudios son revisados por pares, ha publicado estudios que encontraron que las vacunas de Moderna, Pfizer/BioNTech y Johnson & Johnson son efectivas y seguras. La NEJM es la revista de medicina general publicada en forma continua más antigua del mundo y es una de las revistas más frecuentemente citadas

Cabe mencionar también que más de 290 millones de vacunas han sido administradas a través del país y hasta ahora solo se han registrado escasos casos de reacciones adversas graves, incluyendo la anafilaxia, una reacción alérgica grave sufrida por 2 a 5 pacientes por millón. 

También ha habido 32 casos de un tipo muy poco común pero grave de coágulos de sangre (especialmente en mujeres menores de 50 años de edad) entre los 10 millones de personas que han recibido la vacuna de J&J. Según los CDC, tras la revisión de esos casos “no se estableció una relación causal” pero “hay informes recientes que indican la posibilidad de una relación causal entre la vacuna contra el COVID-19 de J&J/Janssen y una reacción adversa grave y poco frecuente —coágulos sanguíneos con bajo conteo de plaquetas— que ha causado muertes”. Hasta el 7 de mayo, tres casos fatales se habían vinculado a esa condición, según los CDC

(Vea los artículos de SciCheck sobre cada una de las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer/BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson).

Acusación sobre responsabilidad legal

Respecto a la segunda acusación, es cierto que las compañías que fabrican las vacunas están ampliamente resguardadas de responsabilidades. Pero eso no quiere decir que no haya ningún recurso para aquellos que, en raras circunstancias, puedan sufrir daños.

La ley de Preparación Pública ante Emergencias de 2005, o ley PREP por sus siglas en inglés, proporciona protección legal a las compañías que producen drogas u otros productos que ayuden a responder ante una pandemia. Eso es lo que cubre a las vacunas contra el COVID-19. 

Un informe reciente del Servicio de Investigación del Congreso explicó: “En la ley PREP, el Congreso hizo el razonamiento de que, en el contexto de una emergencia de salud pública, era necesario exentar a ciertas personas y entidades de responsabilidades para asegurar que potenciales medidas capaces de salvar vidas se desarrollaran, distribuyeran y administraran de manera eficiente”. 

Como hemos explicado previamente, la protección legal es amplia, pero no se extiende a casos de muerte o a una lesión física grave que resulte de una mala conducta intencional.

Y, de importancia, hay un sistema llamado Programa de compensación por daños causados por contramedidas (CICP, por sus siglas en inglés) que provee compensación para aquellos que sufren daños por las vacunas, incluyendo las contra el COVID-19, y otros productos. 

El CICP le entrega beneficios a individuos, o a sus herederos, “que sufren de una lesión física grave cubierta, como resultado directo de la administración o uso de contramedidas cubiertas”, incluyendo las vacunas contra el COVID-19, según el sitio web del programa

El portavoz de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, por sus siglas en inglés) David Bowman nos dijo anteriormente que las personas tienen un año para presentar un reclamo, el cual es revisado por personal médico para determinar si el individuo sufrió una lesión cubierta. La decisión, dijo, está basada en “evidencia científica y médica, convincente, confiable y válida ”.

Desde su creación en 2010, dijo Bowman, el programa CICP ha pagado un total de 5,7 millones de dólares para un total de 39 reclamos. 

La mayoría de las vacunas, aquellas no relacionadas a la pandemia, están cubiertas por el Programa Nacional de Compensación por Lesiones causadas por Vacunas, o VICP por sus siglas en inglés, el cual tiene un fondo disponible para aquellos que puedan haber sufrido raras lesiones relacionadas con las vacunas. 

El VICP fue creado luego de que, en la década de 1980, demandas contra los fabricantes de vacunas y proveedores de cuidado de salud amenazaron con causar una escasez de vacunas y con reducir los índices de vacunación, según la HRSA, la cual administra el programa. El programa comenzó a aceptar solicitudes de compensación en 1988 y, desde entonces, ha recibido más de 24.084. De ellas, “19.784 solicitudes han sido adjudicadas, con 8.028 de ellas calificadas como compensables, mientras 11.756 fueron rechazadas. La compensación total pagada durante la existencia del programa es de aproximadamente 4.500 millones de dólares”, según un reciente informe de la HRSA. 

Desde 2006 a 2019, más de 4.000 millones de dosis de vacunas cubiertas fueron administradas y 5.755 personas fueron compensadas, es decir aproximadamente una persona compensada por cada millón de vacunaciones, según el informe. 

“Recibir compensación por una solicitud no significa necesariamente que las vacunas causaron la lesión referida”, el informe añadió. “De hecho, cerca del 60 por ciento de todas las compensaciones entregadas por el VICP son un resultado de acuerdos negociados entre las partes en los cuales HHS no ha concluido, basado en la revisión de pruebas, que las vacunas mencionadas hayan causado la lesión mencionada”. 

Traducido por Catalina Jaramillo. 

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.